Con esta frase da comienzo “Cuento
de invierno”, una película dirigida por el mundialmente conocido Akiva
Goldsman, quien, a través del film que hoy os presento ha tenido la oportunidad
de dar el gran salto de ser un simple y reconocido guionista a un director
cinematográfico.
La película, basada en la novela de Mark Helprin, nos transporta al Nueva York
de 1890, en donde una familia con
tuberculosis pulmonar se ve obligada a regresar a su país de origen teniendo
que abandonar a su hijo a merced de la suerte en la bahía de Nueva York.
Años más tarde, el protagonista
de nuestra historia deja de ser un inocente bebé para convertirse en un
reconocido y temido ladrón, quien fortuitamente
termina asaltando la casa equivocada cambiando radicalmente su visión del
mundo.
- “¿Qué haces aquí y por qué llevas un
arma?”, le pregunta la mujer mientras deja de tocar el piano.
- “He venido a robar, o al menos esa era mi intención…”, responde
tímidamente nuestro protagonista.
-“Y… ¿sigue siendo esa tu intención?, pregunta apaciguadamente la
mujer.
-“No…ya no”
-“Pues entonces déjeme que al menos le invite a una taza de té”
A partir de este momento y tras
20 minutos de película comienza nuestra bonita (y trágica) historia de amor, donde nuestros protagonistas debido a las
circunstancias (que no desvelaré en este artículo) comienzan a conocerse y a
enamorarse mutuamente hasta que la enferma y joven Beverly nos abandona… ¿para siempre?
Amor, conflictos, esperanza y milagros son los ingredientes
principales de nuestro film que mezclados con un poco de lentitud y con casi 120
minutos de duración nos da como resultado “Cuento de decepción”,
porque esa es la realidad, damas y caballeros: Las expectativas que uno tiene cuando va al cine a ver esta película
tras haber visionado el trailer previamente son bastante altas, sin embargo a medida que los minutos van pasando lenta y dolorosamente por la
sala del cine te das cuenta que dentro
de ese precioso y delicado envoltorio se esconde una diminuta pepita de
chocolate marca Día.
En definitiva, una película que “intento serlo y se quedó en el intento”,
y que cuya valoración no supera el
aprobado.
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