jueves, 31 de octubre de 2013

Especial Halloween

Halloween, una palabra de origen anglosajón que surge de la expresión inglesa "Hallows Eve" y cuya tradición se retoma a los celtas, quienes el día 31 de octubre celebraban la recogida de la cosecha y el inicio a una época mucho más larga y oscura: el otoño. 
Durante esa noche y debido al inicio del nuevo año celta, éstos, creyendo que se abría un enlace con el otro mundo, iniciaban una serie de rituales para evitar entrar en contacto con los malos espíritus.
Los romanos, por su parte, celebraban en este mismo día la denominada "Fiesta de la cosecha" donde se realizaban una serie de ritos y banquetes (en los que casualmente la manzana protagonizaba un papel esencial en los ágapes) en honor a Pomona, la diosa de los árboles frutales.

Sin embargo no fue hasta ya iniciado el siglo XIX cuando países como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos o Irlanda decidieron retomar la tradición celta introduciendo una serie de matices y transformando la noche de Halloween en una forma de ridiculizar a los espíritus malignos disfrazándose de vampiros, brujas, demonios o zombies mientras se juega al famoso "truco o trato", donde los caramelos y las manzanas caramelizadas (utilizadas ya por los romanos hace siglos) se convierte en lo más valioso de esa noche junto con las calabazas.




Tradición, modernización y globalización son la clave para poder entender la extensión de la noche de Halloween, donde muchos comercios y restaurantes realizan su agosto particular ofreciendo irresistibles productos "americanizados" y decorando sus locales con telarañas o murciélagos.

Por otro lado, la industria del cine también ha ayudado a la expansión de esta tradición pagana con el denominado cine de terror, donde sagas tan conocidas como Viernes 13, Pesadilla en Elm Street o Scream se convierten en referentes a la hora de elegir disfraz durante la noche de Halloween.


Personalmente creo que hoy es una noche en la que, nos guste o no, medio mundo celebra sin saber muy bien por qué una fiesta de origen celta y aprovechan para salir a cenar, irse de fiesta o, por qué no, hacer una maratón de pelis de miedo con varios amigos en casa, pero el caso es que cada año que pasa, la noche de Halloween es más internacional: espíritus, manzanas asadas, brujas, demonios, posesiones del más allá y miedo caracterizan a grandes rasgos la noche de Halloween, una noche en la que todo es posible y en donde mirar detrás de las puertas o debajo de la camas se convierte en una obsesión para los más peques de la casa....

Y tú...¿Cómo celebras la noche más tenebrosa del año?


jueves, 24 de octubre de 2013

El sistema educativo español y sus reformas

“El sistema político español se caracteriza por ser pendular”, de ésta forma uno de mis profesores de Ciencias Políticas nos explicaba las deficiencias de nuestro sistema político, y es que resulta que a partir de la década de los 90 se inicia en España una etapa de vaivenes políticos caracterizados por la alternancia gubernamental de los dos grandes partidos (PP y PSOE).
A simple vista, la mayoría de nosotros pensaríamos que esta alternancia es buena para cualquier tipo de democracia, ya que se garantiza la diversidad política e ideológica del conjunto de los españoles, pero… ¿realmente el cambio de color en el gobierno ayuda a la estabilidad económico-político-social del país?
En mis 21 años de vida he experimentado ya unas 3 reformas educativas: LOGSE, LOCE y  LOE, cada una de ellas caracterizada por ciertos matices partidistas y tachadas por la oposición de ser sectoriales e incluso transmisoras de una ideología determinada, sin embargo la realidad es que la calidad educativa en España deja mucho que desear, y es que nos encontramos en la cola de Europa en cuanto a nivel educativo se trata.


El constante cambio de color en el gobierno, producido de media cada 7 años, hace que España sea incapaz de poder implementar políticas públicas decisorias en materias tan importantes como educación o sanidad, provocando una desorientación y confusión a los ciudadanos, quienes al fin y al cabo son los usuarios de cada uno de los servicios prestados por la administración: 
Hemos pasado en menos de 20 años de una ley educativa que “favorecía” a los colegios e institutos concertados-privados, a la actual ley en vigor (LOE) donde la incorporación al curriculum del alumnado de asignaturas como “Ecuación para la ciudadanía” trajo en su momento mucha controversia dentro y fuera del parlamento español: “¿Por qué hay que adoctrinar a los niños con valores como el matrimonio homosexual, la igualdad de oportunidades o la libertad de expresión?” protestaban colectivos de padres y asociaciones religiosas hace unos 4 años, pues bien yo a día de hoy re-formulo la pregunta a la inversa: “¿Por qué hay que adoctrinar a los niños en valores como los que transmite la religión católica (pese a que se puedan llegar a considerar como "buenos") en los colegios públicos si estamos en un estado aconfesional?”
El caso es que los constantes y radicales cambios en el gobierno sólo han traído repercusiones negativas y una inestabilidad sistemática, por lo que el método de rivalidad partidista que se produce entre el que ostenta el poder y la oposición provoca que no exista un consenso necesario para la estabilidad, en este caso, educativa.
“¿Es necesaria una reforma en el sistema educativo?” se preguntan muchos, y la respuesta resulta ser positiva, que sí, que es necesario introducir un nuevo sistema que permita que la calidad de la enseñanza pública, en cualquiera de sus niveles, aumente considerablemente: Altas tasas de fracaso escolar, abandono de la educación elemental a edades muy tempranas, falta de formación en muchas universidades, elitización de los posgrados universitarios, y un largo etc son algunos de los problemas en materia educativa.
En conclusión, da igual cómo llamemos a las reformas educativas: LOMCE, LOE o “PERICO”, siempre y cuando el problema siga siendo el mismo: Falta de acuerdo por parte de los parlamentarios españoles ante un problema más grave de lo que a simple vista puede parecer: Nuestro sistema educativo.


martes, 15 de octubre de 2013

¿La mejor hamburguesa de Madrid?

Hace una semana decidí ir a la que posiblemente sea una de las mejores hamburgueserías de Madrid: “The New York Burger”.
Y es que resulta que el concepto norteamericano de hamburguesas, aros de cebolla y nachos ha triunfado en el país del jamón serrano, existiendo cientos de hamburgueserías por todo Madrid.
T.G.I Friday’s, Foster’s Hollywood, Vips, Ribs o Tony Roma’s son algunos de los restaurantes que podemos encontrarnos en casi cualquier ciudad de España, pero si salimos de las grandes cadenas des restauración nos encontramos una amplia gama de locales “de tamaño medio” muy bien ambientados y con una atención más personalizada que en las grandes cadenas: New York Burger o Alfredo’s Barbacoa son algunos de los más conocidos dentro de la metrópoli de Madrid.

Habitualmente estamos acostumbrados a pedirnos la típica hamburguesa con queso y bacon, pan de sésamo, unas hojas de lechuga, tomate y quizá cebolla…pero ¿y si os digo que podéis elegir el tipo de pan que queréis para la hamburguesa y la guarnición que la acompaña?
Así es como funciona “The New York Burger”, una hamburguesería que no sólo ofrece el típico pan de sésamo o el “mollete” (como ocurre en el caso de la hamburguesa Argentina Pampera del Vips), sino que además nos da la opción de elegir pan de amapola o el pan Focaccia, con un toque de aceite de oliva y muy similar al “pasan artesanal” que podemos encontrar en cualquier panadería.
También como os he adelantado antes podéis escoger el tipo de guarnición: Patatas fritas, ensalada de col, “green salad”, patatas asadas con salsa mascarpone o mantequilla.


Ahora que ya sabemos el tipo de pan y guarnición que podemos elegir…¿Qué pasa con las hamburguesas?, ¿Qué ingredientes llevan?
Pues veréis, podéis elegir entre casi 20 tipos diferentes de hamburguesas (todos ellos con nombres de distritos o lugares famosos de NY), algunas de ellas con bacon, queso y huevo, otras con setas y queso brie,  cebolla caramelizada y queso de cabra… ¡e incluso existe una hamburguesa especial para vegetarianos!, por lo que siempre habrá alguna hamburguesa que os pueda gustar más que otra (de hecho yo me pasé casi 10 minutos de reloj para elegir cual de todas ellas quería)
En cuanto al precio (que es una de las cosas que más nos importan), dependerá mucho del tamaño de hamburguesa que elijáis: La grande (de unos 500 gr, de carne) cuesta alrededor de 13 €, mientras que si nos pedimos la pequeña (unos 190 gramos) por sólo 7 € podemos disfrutar de una hamburguesa de un tamaño “estándar” pero suficiente para poder comer o cenar con un entrante delante.

Por último avisaros que aunque en Madrid existan dos restaurantes de “New York Burguer”, ambos se colapsan los fines de semana, por lo que si queréis aseguraros de poder entrar mejor que reservéis (vía teléfono o Internet: http://newyorkburger.es/) con un par de días de antelación.
Así que si no teníais plan para este finde y os apetece probar “algo diferente”, ¿por qué no ir a uno de estos restaurantes americanos para cenar y disfrutar después de un cóctel con la mejor compañía posible?