jueves, 24 de octubre de 2013

El sistema educativo español y sus reformas

“El sistema político español se caracteriza por ser pendular”, de ésta forma uno de mis profesores de Ciencias Políticas nos explicaba las deficiencias de nuestro sistema político, y es que resulta que a partir de la década de los 90 se inicia en España una etapa de vaivenes políticos caracterizados por la alternancia gubernamental de los dos grandes partidos (PP y PSOE).
A simple vista, la mayoría de nosotros pensaríamos que esta alternancia es buena para cualquier tipo de democracia, ya que se garantiza la diversidad política e ideológica del conjunto de los españoles, pero… ¿realmente el cambio de color en el gobierno ayuda a la estabilidad económico-político-social del país?
En mis 21 años de vida he experimentado ya unas 3 reformas educativas: LOGSE, LOCE y  LOE, cada una de ellas caracterizada por ciertos matices partidistas y tachadas por la oposición de ser sectoriales e incluso transmisoras de una ideología determinada, sin embargo la realidad es que la calidad educativa en España deja mucho que desear, y es que nos encontramos en la cola de Europa en cuanto a nivel educativo se trata.


El constante cambio de color en el gobierno, producido de media cada 7 años, hace que España sea incapaz de poder implementar políticas públicas decisorias en materias tan importantes como educación o sanidad, provocando una desorientación y confusión a los ciudadanos, quienes al fin y al cabo son los usuarios de cada uno de los servicios prestados por la administración: 
Hemos pasado en menos de 20 años de una ley educativa que “favorecía” a los colegios e institutos concertados-privados, a la actual ley en vigor (LOE) donde la incorporación al curriculum del alumnado de asignaturas como “Ecuación para la ciudadanía” trajo en su momento mucha controversia dentro y fuera del parlamento español: “¿Por qué hay que adoctrinar a los niños con valores como el matrimonio homosexual, la igualdad de oportunidades o la libertad de expresión?” protestaban colectivos de padres y asociaciones religiosas hace unos 4 años, pues bien yo a día de hoy re-formulo la pregunta a la inversa: “¿Por qué hay que adoctrinar a los niños en valores como los que transmite la religión católica (pese a que se puedan llegar a considerar como "buenos") en los colegios públicos si estamos en un estado aconfesional?”
El caso es que los constantes y radicales cambios en el gobierno sólo han traído repercusiones negativas y una inestabilidad sistemática, por lo que el método de rivalidad partidista que se produce entre el que ostenta el poder y la oposición provoca que no exista un consenso necesario para la estabilidad, en este caso, educativa.
“¿Es necesaria una reforma en el sistema educativo?” se preguntan muchos, y la respuesta resulta ser positiva, que sí, que es necesario introducir un nuevo sistema que permita que la calidad de la enseñanza pública, en cualquiera de sus niveles, aumente considerablemente: Altas tasas de fracaso escolar, abandono de la educación elemental a edades muy tempranas, falta de formación en muchas universidades, elitización de los posgrados universitarios, y un largo etc son algunos de los problemas en materia educativa.
En conclusión, da igual cómo llamemos a las reformas educativas: LOMCE, LOE o “PERICO”, siempre y cuando el problema siga siendo el mismo: Falta de acuerdo por parte de los parlamentarios españoles ante un problema más grave de lo que a simple vista puede parecer: Nuestro sistema educativo.


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