martes, 11 de marzo de 2014

11-M: Ni olvido, ni perdón.

Antes de comenzar a escribir esta nueva entrada me gustaría recordar a casi las 200 personas que, desgraciada e injustamente, perdieron la vida hace 10 años en el peor atentado terrorista de la historia de nuestro país.
Con esta entrada no pretendo recrear los hechos que todos conocemos sobre el 11M, sino contar cómo, personalmente, viví ese día rodeado de mi familia y compañeros de clase.

Por aquel entonces tenía apenas 11 años y estaba casi a punto de acabar sexto de primaria.  El 10 de marzo, como de costumbre, me fui a dormir a eso de las 22:30 con todos los deberes hechos para el día siguiente, sin ser consciente de lo que iba a suceder horas más tarde...

Eran las 7:55 de la mañana del 11 de marzo de 2004 y mi padre, como habitualmente, me despertó para desayunar. Sin embargo, esta vez no lo hizo con la típica frase de todos los días...esta vez era diferente: "David, despierta que hoy es un día negro para Madrid".
- "¿Día negro?, ¿Está lloviendo?, le pregunté todavía medio dormido y sin  ser consciente de la situación.
- "No, no es eso...han explotado varios trenes en Atocha, dicen que puede ser un atentado"
Nada más escuchar esta frase salté de la cama (literalmente) y mi primera reacción fue ir corriendo al salón para ver lo que estaban contando en la televisión.


Minutos más tarde me percaté de que varios compañeros de clase cogían siempre a esa hora el tren para bajarse en Embajadores, y que antes de llegar a esa estación pasaban por Atocha...
- "¿El hijo del policía no va en Renfe, David?, me preguntó mi madre.
- "Claro, Juanjo siempre va en Renfe, coge el tren en Méndez Álvaro todas las mañanas....¿Estará bien? ¿Le habrá pasado algo?

A partir de ese momento el miedo, la impotencia y la inseguridad me empezó a invadir por todo el cuerpo...
Acto seguido, mi padre me llevó al colegio en el coche , pero recuerdo que casi tardamos el doble en llegar por el atasco que había en la zona de Embajadores...

Nada más llegar a clase, me percaté de que todas las personas que iban en Renfe aún no habían llegado, y Santi (nuestro tutor) nos empezó a tranquilizar, cuando de repente la puerta se abrió y entró María, una de mis compañeras de clase que vivía en Las Águilas...todos empezamos a aplaudir y nos acercamos a darla un abrazo... fue un momento eufórico para todos.

Una hora más tarde, Juanjo, el chico por el que habían preguntado mis padres entró a clase y se volvió a repetir la misma reacción que con María, por fin estábamos todos en clase como siempre, y el miedo poco a poco fue desapareciendo.

Por la tarde, después de salir del colegio me acuerdo que me fui a la tienda de fotos de mis padres (donde siempre estudiaba), y a eso de las 8, escuchamos que habían dado un aviso de bomba en la gasolinera que estaba a 2 calles de nuestra tienda...aunque creo recordar que al final no pasó nada, que simplemente fue un bulo que recorrió el barrio.

Nada más llegar a casa pusimos el telediario y vimos cómo habían quedado los trenes tras las explosiones, así como la cantidad de gente herida que había en las vías del tren...aunque nosotros ya habíamos visto esas imágenes, ya que en la tienda de fotos varias personas (creo que eran periodistas) fueron a revelar el carrete, por lo que las impactantes imágenes del telediario no nos pillaron por sorpresa.
Después de cenar, me fui a dormir un poco más tarde de lo habitual y pensando en todo lo que había pasado en esas 24 horas...aún no daba crédito de cómo las personas podían llegar a ser tan crueles matando, sin discriminación alguna, a familias, hijos, padres, amigos o conocidos...

Esta es mi historia y mis recuerdos sobre aquel fatídico 11 de marzo de 2004...y tú ¿Dónde te encontrabas ese día? ¿Conocías a alguien (como en mi caso) que pudiese haber ido en alguno de los trenes?

Como veis, habrá pasado una década de este atentado que se cobró la vida de 192 personas, pero Madrid y yo personalmente no olvidaremos  ni perdonaremos jamás lo ocurrido.

1 comentario:

  1. Sin duda un dia horrible. Se demostró la hospitalidad de la gente y la existencia de valientes que se prestan a ayudar en esos duros momentos. Un beso mi Deivid!!!

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